viernes, 3 de enero de 2014

Educar en Navidad

Durante estas fechas navideñas, los niños y niñas viven momentos que les ilusionan y que quedan grabados en su memoria.

Seguro que cada uno de nosotros somos capaces de recordar algún fantástico regalo de reyes que nos encantó y del que disfrutamos mucho, una cena en familia donde nos lo pasábamos bien bromeando y riendo, o una navidad amarga por cualquier motivo, como la muerte de un ser querido ese mismo año, o por cualquier otro problema familiar. Por lo tanto, estaremos de acuerdo en que durante este periodo del año los recuerdos y lo que vivimos queda grabado en nuestra memoria con una importante influencia.

Por esta razón, la educación y los valores que se trasmiten en estas fechas  son muy importantes para el desarrollo de nuestro hijo/a, y en muchas ocasiones influyen fuertemente sobre su comportamiento y la forma de desenvolverse en determinadas situaciones.

La escuela pretende fomentar valores como el trabajo en equipo, la cooperación, resolución pacífica de los conflicto, igualdad de género o coeducación, tolerancia, educación vial, etc. que en estas fechas quedan olvidados, o incluso exponemos ante nuestros hijos/as comportamientos y manifestaciones contrarias a las que acabamos de citar.

A continuación analizamos brevemente algunos de los valores que se fomentan en estas fechas, contrarios a los que la educación escolar pretende desarrollar en su alumnado:

ü  Coeducación e igualdad de género frente a desigualdad de género.

Uno de los valores que pretende fomentar la escuela entre su alumnado es el respeto y la igualdad de género, ayudando a construir una sociedad donde las diferencias de género no supongan hándicaps de ningún tipo.

Los roles de género están profundamente anclados en la sociedad en la que vivimos, donde siguen existiendo puestos de trabajo para mujeres y para hombres, escasas mujeres en puestos de poder en las diferentes empresas e instituciones, donde parece existir un “techo de cristal” que les impide su acceso, o patrones de comportamiento más propios de un sexo u otro, como dedicar el cuidado de los hijos/as a la madre.

Estos patrones están cambiando en la sociedad actual, gracias a la influencia de la escuela y  a que la sociedad es más consciente día a día de estas diferencias de género y pelea por vencerlas.
Sin embargo, los juguetes y los anuncios que los promocionan contribuyen a todo lo contrario, es decir, a mantener los clásicos estereotipos de un sexo u otro.

Es común observar en los anuncios de juguetes el niño o niña al que va dirigido. Si nos paramos un momento, todos nos damos cuenta que obviamente los anuncios de muñecas van dirigidos al público femenino, mientras que los de coches o muñecos de pelea van dirigidos a niños.

Sin embargo, la sociedad actual no refleja esta realidad. Cada vez es más común ver a padres abiertamente implicados en la educación de sus hijos/as, aunque sí es cierto que en la mayoría de las reuniones de padres en los centros educativos son las madres las que participan, pero podemos decir que es una tendencia que va cambiando con el paso del tiempo.

También admitiremos que las mujeres también conducen, ¿Por qué no pueden jugar con coches de juguete? ¿O con scalextric? ¿O con coches de carrera? ¿Acaso las mujeres no conducen? ¿Acaso no hay mujeres pilotos que han sido importantes ejemplos para el mundo del motor, como la recientemente fallecida María de Villota? Es una realidad cuya negación es absurda. Sin embargo, en los anuncio de este tipo de juguetes siempre veremos a un niño manipulándolos, o en caso de que lo manipule una niña, será el típico coche rosa de Barbie. Os animo también a que cojáis alguna revista de juguetes comunes en las casas durante estas fechas y miréis la sección dedicada a coches y motos de batería, veréis como cuando aparece una niña en ellos lo hace en un vehículo de color rosa o, más indignante todavía, como copiloto acompañando a un niño mientras conduce.



Los videojuegos son otra importante fuente que contribuye a mantener unos roles de género sexistas en nuestra sociedad. Ahora son comunes los videojuegos donde se debe cuidar a un perrito, a un caballo, hacer de comer, etc. ¿adivináis que público aparece en el anuncio para promocionarlo, manifestando abiertamente a quién va dirigido? Pues si, a las niñas. Mientras que juegos dedicados a la guerra, los coches y demás se dirigen a un público masculino. Parece que estas actividades no van dirigidas a las mujeres, sin embargo ¿hay mujeres en el ejército y la policía? Pues sí, sin embargo, no he visto aún una muñeca para juegos de lucha o policía, o preparada para carreras de coche.

Todas estas manifestaciones de desigualdad de género no son nuevas, muchos ya las conoceréis, pero os invito a la reflexión acerca de hasta qué punto influye esto en los futuros adultos de la sociedad, y cómo contribuyen a perpetuar un modelo de cultura patriarcal, donde hombre y mujeres tienen unos roles marcados, claramente sexistas.

ü  resolución pacífica de los conflictos frente a resolución violenta.

En la actualidad los juegos de guerra y lucha están muy extendidos entre los usuarios de videojuegos. Es evidente, que éstos transmiten una serie de valores contrarios a la resolución pacífica de los conflictos y el desarrollo de estrategias adecuadas para afrontarlos que intenta transmitir la escuela.


Entran de nuevo en contradicción los valores que transmiten los centros educativos con los que aprenden el niño o niña con estos juguetes.

ü  Cooperación frente a competitividad.

La escuela pretende el desarrollo de una actitud colaboradora y de trabajo en equipo entre el alumnado. Demostrando que el aprendizaje que realiza el alumno/a de forma cooperativa con su grupo de iguales es más efectivo y mejora su rendimiento en mayor proporción que aquel aprendizaje que fomenta la competitividad o el individualismo.

Sin embargo durante estas fechas damos al traste con estos valores que los centros educativos, en mayor o menor medida,  fomentan en el alumnado.

Con la actitud de algunos padres, de regalar muchos juguetes, más que a recibido su compañero/a o amigo/a de clase, o de mayor precio que el resto, fomentan la competitividad y la envidia entre iguales. Se cree entonces que el cariño que le tenemos a nuestro hijo/a es “directamente proporcional” al precio o la cantidad de regalos que le hacemos, cayendo en el error de contribuir a que aprendan valores negativos para su vida, como la competitividad, el consumismo y la creencia de que es más feliz el que más tiene o puede gastar.

ü  Consumo responsable frente a consumismo.

Uno de los valores más relevantes que se transmiten en estas fechas son los valores del consumismo, los cuales suponen un choque profundo con valores como el consumo responsable que forma parte de los objetivos de la acción tutorial, tanto en etapas de primaria como de secundaria.

Con aspectos como los citados en el apartado anterior se pone de manifiesto cómo la actitud de los padres en estas fechas favorece el desarrollo de valores asociados al consumismo, ya que no debemos olvidar el importante modelo que son los padres para sus hijos/as.

También, a través de los medios de comunicación se fomentan valores de este tipo. Si realizamos a un breve zapping por las cadenas de dibujos animados podemos encontrar gran cantidad de serie que reflejan roles de género estereotipados y consumismo extremo. Por ejemplo, las famosas Monsters high, donde las personajes están apegadas y dependientes del novio en algunas ocasiones y están fuertemente obsesionadas con la moda, contribuyendo a forjar valores sexistas y consumistas.



Además de esta serie, si nos paramos a analizar un poco las que nuestros hijos/as ven cada día, podemos observar como transmiten valores que nos preocuparían.

ü  Educación vial y conducción temeraria

Es común el regalo de coches de carreras, scalextric o videojuegos de carreras entre los niños especialmente. En ellos se fomentan valores como la velocidad al volante, las maniobras peligrosas, la escasa atención al peatón, o las escasas consecuencias que supondría un accidente de tráfico tan espectacular como los que se producen generalmente en los videojuegos
.


Todos estos aspectos van en contra de la educación vial y la conducción responsable que se trabaja en la escuela, a través de actividades puntuales en los centros o de forma transversal en algunas asignaturas.


Una vez mostrada las implicaciones de los regalos en estas fechas y los valores que proyectan en nuestro hijo/a, nos preguntaremos: ¿entonces que le regalo a mi hijo/a si todos los juguetes parecen trasmitir valores que afectan negativamente a su educación? Mi respuesta a esta pregunta puede resultar confusa:

Le podemos regalar cualquier juguete, el que queramos o creamos más conveniente. Porque quizás el problema no está en ese objeto, si no el uso que fomentamos de él. De modo que podemos utilizarlos para transmitir los valores contrarios a los que se suponen que fomentan. Y nos preguntaremos ¿cómo podemos hacer esto?

Pueden quedar situaciones un poco cómicas, pero es posible contribuir al desarrollo de valores como la resolución pacífica de conflictos con muñecos de guerra, cargados de armar y bombas. Imaginemos que nuestro hijo juega con estos juguetes y nosotros estamos participando de este juego ¿creéis que es difícil hablarle mientras jugamos de que no se puede pelear con los juguetes siempre? ¿De que los problemas se pueden solucionar hablando? ¿Enseñarle una actitud de empatía, es decir, a ponerse en el lugar del otro con el que discute o pelea? ¿Fomentar que desarrolle estrategias para resolver los problemas eficazmente, afrontarlos y no evitarlos o acceder a la violencia para acabar con ellos? Etc.

En los videojuegos violentos solo nos hace falta mirar la edad y el código de los contenidos que trae el juego, cuyo significado expongo a continuación y que quizás desconocíais:



Las mismas actuaciones podemos emprender con cualquier actividad o juego, fomentando una actitud cívica y vial con juegos de carreras o coches de juguete, una educación en igualdad de género con muñecas o muñecos, etc.

Además, no todos los juguetes fomentan valores como la violencia, sexismo, consumismo, etc. también hay juguetes educativos, como juegos de mesa, que potencian determinadas habilidades en nuestros hijos/as, además de estimularlos mentalmente, o juegos de construcción que contribuyen al desarrollo de la orientación espacial y el fomento de la creatividad.

Para finalizar, me gustaría que nos paráramos a pensar un momento en las condiciones para que el juego enseñe y eduque adecuadamente a nuestro hijo/a. Los ejemplos que hemos comentado brevemente muestran un punto en común, que será la implicación y participación de los padres en el juego.

A veces es muy cómodo dejar que nuestros hijos/as jueguen y se entretengan solos mientras vemos la televisión o hacemos cualquier otra cosa, sin valorar la influencia y el potencial del juego para educar a nuestro hijo y fomentar la construcción de un vínculo afectivo duradero con él. Obviamos que quizás lo importante no es el juguete, sino como se usa o con quién se comparte, olvidándonos que compartir nuestro tiempo con ellos es quizás el mejor regalo que le podemos hacer. Y en estas fechas, disfrutamos de este tiempo para compartir con ellos/as.