Durante
estas fechas navideñas, los niños y niñas viven momentos que les ilusionan y
que quedan grabados en su memoria.
Seguro
que cada uno de nosotros somos capaces de recordar algún fantástico regalo de
reyes que nos encantó y del que disfrutamos mucho, una cena en familia donde
nos lo pasábamos bien bromeando y riendo, o una navidad amarga por cualquier
motivo, como la muerte de un ser querido ese mismo año, o por cualquier otro
problema familiar. Por lo tanto, estaremos de acuerdo en que durante este periodo
del año los recuerdos y lo que vivimos queda grabado en nuestra memoria con una
importante influencia.
Por
esta razón, la educación y los valores que se trasmiten en estas fechas son muy importantes para el desarrollo de
nuestro hijo/a, y en muchas ocasiones influyen fuertemente sobre su comportamiento
y la forma de desenvolverse en determinadas situaciones.
La
escuela pretende fomentar valores como el trabajo en equipo, la cooperación,
resolución pacífica de los conflicto, igualdad de género o coeducación,
tolerancia, educación vial, etc. que en estas fechas quedan olvidados, o
incluso exponemos ante nuestros hijos/as comportamientos y manifestaciones
contrarias a las que acabamos de citar.
A
continuación analizamos brevemente algunos de los valores que se fomentan en
estas fechas, contrarios a los que la educación escolar pretende desarrollar en
su alumnado:
ü
Coeducación
e igualdad de género frente a desigualdad de género.
Uno
de los valores que pretende fomentar la escuela entre su alumnado es el respeto
y la igualdad de género, ayudando a construir una sociedad donde las diferencias
de género no supongan hándicaps de ningún tipo.
Los
roles de género están profundamente anclados en la sociedad en la que vivimos,
donde siguen existiendo puestos de trabajo para mujeres y para hombres, escasas
mujeres en puestos de poder en las diferentes empresas e instituciones, donde
parece existir un “techo de cristal” que les impide su acceso, o patrones de
comportamiento más propios de un sexo u otro, como dedicar el cuidado de los
hijos/as a la madre.
Estos
patrones están cambiando en la sociedad actual, gracias a la influencia de la
escuela y a que la sociedad es más
consciente día a día de estas diferencias de género y pelea por vencerlas.
Sin
embargo, los juguetes y los anuncios que los promocionan contribuyen a todo lo
contrario, es decir, a mantener los clásicos estereotipos de un sexo u otro.
Es
común observar en los anuncios de juguetes el niño o niña al que va dirigido.
Si nos paramos un momento, todos nos damos cuenta que obviamente los anuncios
de muñecas van dirigidos al público femenino, mientras que los de coches o
muñecos de pelea van dirigidos a niños.
Sin
embargo, la sociedad actual no refleja esta realidad. Cada vez es más común ver
a padres abiertamente implicados en la educación de sus hijos/as, aunque sí es
cierto que en la mayoría de las reuniones de padres en los centros educativos
son las madres las que participan, pero podemos decir que es una tendencia que
va cambiando con el paso del tiempo.
También
admitiremos que las mujeres también conducen, ¿Por qué no pueden jugar con
coches de juguete? ¿O con scalextric?
¿O con coches de carrera? ¿Acaso las mujeres no conducen? ¿Acaso no hay mujeres
pilotos que han sido importantes ejemplos para el mundo del motor, como la
recientemente fallecida María de Villota? Es una realidad cuya negación es
absurda. Sin embargo, en los anuncio de este tipo de juguetes siempre veremos a
un niño manipulándolos, o en caso de que lo manipule una niña, será el típico
coche rosa de Barbie. Os animo
también a que cojáis alguna revista de juguetes comunes en las casas durante estas
fechas y miréis la sección dedicada a coches y motos de batería, veréis como
cuando aparece una niña en ellos lo hace en un vehículo de color rosa o, más
indignante todavía, como copiloto acompañando a un niño mientras conduce.
Los
videojuegos son otra importante fuente que contribuye a mantener unos roles de
género sexistas en nuestra sociedad. Ahora son comunes los videojuegos donde se
debe cuidar a un perrito, a un caballo, hacer de comer, etc. ¿adivináis que
público aparece en el anuncio para promocionarlo, manifestando abiertamente a
quién va dirigido? Pues si, a las niñas. Mientras que juegos dedicados a la
guerra, los coches y demás se dirigen a un público masculino. Parece que estas
actividades no van dirigidas a las mujeres, sin embargo ¿hay mujeres en el
ejército y la policía? Pues sí, sin embargo, no he visto aún una muñeca para
juegos de lucha o policía, o preparada para carreras de coche.
Todas
estas manifestaciones de desigualdad de género no son nuevas, muchos ya las
conoceréis, pero os invito a la reflexión acerca de hasta qué punto influye esto
en los futuros adultos de la sociedad, y cómo contribuyen a perpetuar un modelo
de cultura patriarcal, donde hombre y mujeres tienen unos roles marcados,
claramente sexistas.
ü
resolución
pacífica de los conflictos frente a resolución violenta.
En
la actualidad los juegos de guerra y lucha están muy extendidos entre los
usuarios de videojuegos. Es evidente, que éstos transmiten una serie de valores
contrarios a la resolución pacífica de los conflictos y el desarrollo de
estrategias adecuadas para afrontarlos que intenta transmitir la escuela.
Entran
de nuevo en contradicción los valores que transmiten los centros educativos con
los que aprenden el niño o niña con estos juguetes.
ü
Cooperación
frente a competitividad.
La
escuela pretende el desarrollo de una actitud colaboradora y de trabajo en
equipo entre el alumnado. Demostrando que el aprendizaje que realiza el
alumno/a de forma cooperativa con su grupo de iguales es más efectivo y mejora
su rendimiento en mayor proporción que aquel aprendizaje que fomenta la
competitividad o el individualismo.
Sin
embargo durante estas fechas damos al traste con estos valores que los centros
educativos, en mayor o menor medida, fomentan en el alumnado.
Con
la actitud de algunos padres, de regalar muchos juguetes, más que a recibido su
compañero/a o amigo/a de clase, o de mayor precio que el resto, fomentan la
competitividad y la envidia entre iguales. Se cree entonces que el cariño que
le tenemos a nuestro hijo/a es “directamente proporcional” al precio o la
cantidad de regalos que le hacemos, cayendo en el error de contribuir a que
aprendan valores negativos para su vida, como la competitividad, el consumismo
y la creencia de que es más feliz el que más tiene o puede gastar.
ü
Consumo
responsable frente a consumismo.
Uno
de los valores más relevantes que se transmiten en estas fechas son los valores
del consumismo, los cuales suponen un choque profundo con valores como el
consumo responsable que forma parte de los objetivos de la acción tutorial,
tanto en etapas de primaria como de secundaria.
Con
aspectos como los citados en el apartado anterior se pone de manifiesto cómo la
actitud de los padres en estas fechas favorece el desarrollo de valores
asociados al consumismo, ya que no debemos olvidar el importante modelo que son
los padres para sus hijos/as.
También,
a través de los medios de comunicación se fomentan valores de este tipo. Si
realizamos a un breve zapping por las cadenas de dibujos animados podemos
encontrar gran cantidad de serie que reflejan roles de género estereotipados y
consumismo extremo. Por ejemplo, las famosas Monsters high, donde las personajes están apegadas y dependientes
del novio en algunas ocasiones y están fuertemente obsesionadas con la moda,
contribuyendo a forjar valores sexistas y consumistas.
Además
de esta serie, si nos paramos a analizar un poco las que nuestros hijos/as ven
cada día, podemos observar como transmiten valores que nos preocuparían.
ü
Educación
vial y conducción temeraria
Es
común el regalo de coches de carreras, scalextric
o videojuegos de carreras entre los niños especialmente. En ellos se fomentan
valores como la velocidad al volante, las maniobras peligrosas, la escasa
atención al peatón, o las escasas consecuencias que supondría un accidente de
tráfico tan espectacular como los que se producen generalmente en los
videojuegos
.
Todos
estos aspectos van en contra de la educación vial y la conducción responsable
que se trabaja en la escuela, a través de actividades puntuales en los centros
o de forma transversal en algunas asignaturas.
Una
vez mostrada las implicaciones de los regalos en estas fechas y los valores que
proyectan en nuestro hijo/a, nos preguntaremos: ¿entonces que le regalo a mi
hijo/a si todos los juguetes parecen trasmitir valores que afectan
negativamente a su educación? Mi respuesta a esta pregunta puede resultar
confusa:
Le
podemos regalar cualquier juguete, el que queramos o creamos más conveniente.
Porque quizás el problema no está en ese objeto, si no el uso que fomentamos de
él. De modo que podemos utilizarlos para transmitir los valores contrarios a
los que se suponen que fomentan. Y nos preguntaremos ¿cómo podemos hacer esto?
Pueden
quedar situaciones un poco cómicas, pero es posible contribuir al desarrollo de
valores como la resolución pacífica de conflictos con muñecos de guerra,
cargados de armar y bombas. Imaginemos que nuestro hijo juega con estos
juguetes y nosotros estamos participando de este juego ¿creéis que es difícil
hablarle mientras jugamos de que no se puede pelear con los juguetes siempre?
¿De que los problemas se pueden solucionar hablando? ¿Enseñarle una actitud de
empatía, es decir, a ponerse en el lugar del otro con el que discute o pelea?
¿Fomentar que desarrolle estrategias para resolver los problemas eficazmente,
afrontarlos y no evitarlos o acceder a la violencia para acabar con ellos? Etc.
En
los videojuegos violentos solo nos hace falta mirar la edad y el código de los
contenidos que trae el juego, cuyo significado expongo a continuación y que
quizás desconocíais:
Las
mismas actuaciones podemos emprender con cualquier actividad o juego,
fomentando una actitud cívica y vial con juegos de carreras o coches de
juguete, una educación en igualdad de género con muñecas o muñecos, etc.
Además,
no todos los juguetes fomentan valores como la violencia, sexismo, consumismo,
etc. también hay juguetes educativos, como juegos de mesa, que potencian
determinadas habilidades en nuestros hijos/as, además de estimularlos
mentalmente, o juegos de construcción que contribuyen al desarrollo de la
orientación espacial y el fomento de la creatividad.
Para
finalizar, me gustaría que nos paráramos a pensar un momento en las condiciones
para que el juego enseñe y eduque adecuadamente a nuestro hijo/a. Los ejemplos
que hemos comentado brevemente muestran un punto en común, que será la
implicación y participación de los padres en el juego.
A
veces es muy cómodo dejar que nuestros hijos/as jueguen y se entretengan solos
mientras vemos la televisión o hacemos cualquier otra cosa, sin valorar la
influencia y el potencial del juego para educar a nuestro hijo y fomentar la
construcción de un vínculo afectivo duradero con él. Obviamos que quizás lo
importante no es el juguete, sino como se usa o con quién se comparte,
olvidándonos que compartir nuestro tiempo con ellos es quizás el mejor regalo
que le podemos hacer. Y en estas fechas, disfrutamos de este tiempo para
compartir con ellos/as.







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